Hay dos grandes fiestas religiosas en Turquía que se celebran por todo lo alto y que hay que tener en cuenta a la hora de planificar los viajes a Turquía. Por motivos diversos. De un lado, porque los alojamientos y la afluencia de gente puede suponer algún tipo de problemas, pero, a su vez, la celebración de estos grandes eventos hace que tu viaje se convierta en una experiencia plena e inolvidable, al conocer el país en su máximo esplendor.
El Seker Bayrami, es un festival de tres días de duración que tiene lugar al final del Ramadán, que se celebra entre diciembre y enero. La otra gran celebración de carácter religioso es el Kurban Bayrami (entre marzo y abril) donde se conmemora el sacrificio que Abraham estuvo a punto de concretar con su hijo Isaac en el monte Moriah.
Para conmemorar el permiso que Dios dio a Abraham para que sacrificara un carnero en lugar de a su hijo, cada familia turca compra una oveja, la lleva su casa y tras el sacrificio y la oración y es entonces cuando, familiares y amigos se reúnen y organizan una gran fiesta.
En efecto, y como ya les hemos advertido, durante el Kurban Bayrami es preciso planear bien la estancia. Muchos bancos cierran durante toda la semana, los transportes están atestados de gente y las habitaciones de hotel puedes escasear y subir los precios.
Uno de los eventos paralelos que son muy atractivos para el viajero son las luchas de camellos, en el pueblo de Selçuk, al sur de Izmit. Tienen lugar a mediados del mes de enero, también cuando se celebra el Día de la Soberanía Nacional, el 23 de abril. Otro festival que es muy llamativo es el de los luchadores untados con aceite que acontece a principios de junio en Sarayiçi, cerca de Edirne. En el Grease Wrestling las peleas cuerpo a cuerpo se celebran en un campo de hierba abierto al exterior. Los luchadores se untan el cuerpo con aceite de oliva y van desnudos a excepción de unos pantalones cortos. La victoria la consigue el que lanza a su contrincante contra el suelo o eleva a su oponente en sus hombros. La historia de las peleas de aceite tienen sus primeros registros en la época de los egipcios, en Assyria y en otras regiones de Medio Oriente. Hubo una excavación en Babilonia donde se encontraron cascos de bronce con rastros de aceite de oliva. Sin duda se trata de una muestra de hombría en su estado más primitivo y puro que te hará viajar a los orígenes de antes de Cristo.
También destacan el Festival Rural Kafkasör, cerca de Artvin, al noreste de Turquía, la tercera semana de junio; el Festival Internacional de las Artes de Estambul (de finales de junio a mediados de julio); el Festival de Folclore y de Música de Bursa, a mediados de julio, y el Festival de la Sandía de Diyarbakir, a mediados o finales de septiembre.
En el ámbito cultura, destaca sobre el resto la Biennal de Estambul. Desde 1987, y cada dos años, como su nombre indica, se celebra este festival donde se pueden encontrar obras de arte contemporáneo de diferentes artistas y culturas. Se trata de un evento es un nexo de unión entre artistas de circo, pintores, escultores y críticos de arte que se celebra cada dos años, alternándose con el Festival Internacional de Teatro de Estambul.
Para los que prefieran la música, es muy notable el Efes Pilsen Blues Festival, que se celebra en el mes de noviembre. Hablamos de un gran festival de Blues que concierne a los más grandes músicos del gremio, con artistas nacionales e internacionales.. Se celebra primero en Antalya y continua con 24 conciertos en otras 20 ciudades. El festival es presentado por la cerveza Efes Pilsen y organizado por Pozitif Live, el cual ha conseguido llegar a más de 400.000 personas en estos 22 años que lleva celebrándose.
Siguiendo con las citas culturales, el Festival Internacional de Marionetas ha utilizado el mismo nombre durante 21 años con el objetivo de recordarnos el arte de los títeres. En Turquía es, sin duda, un arte con una tradición muy arraigada donde los títeres han llegado a convertirse en personas con diferentes identidades reconocidas. En Turquía apareció el arte de las marionetas para entretener a los pueblos, cuando todavía no había cine, bajo el nombre de Karagöz. Karagöz se estableció como la tradición de los títeres en Estambul y fue reconocido por todo el Imperio Otomano expadiendose hasta los Balcanes, el norte de África y Medio Oriente. Es una de las maneras de hacer turismo en Estambul a la antigua usanza.
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