Aunque todavía hay gente que piense que es Estambul, lo cierto es que Ankara es la capital de Turquía. Es verdad que siempre ha vivido a la sombra de la antigua Constantinopla, pero Ankara posee un sinfín de monumentos y atracciones turísticas que son de obligada visita cuando uno se decanta por acometer un viaje a Turquía. Una ciudad que aúna lo mejor de la tradición turca, combinado con la modernidad de una metrópolis vibrante.
Ankara es un gran centro comercial, industrial y la sede de la actividad política de Turquía La urbe es una ciudad llena de vida, con muchos contrastes y que destaca por su efervescencia cultural. Todo ello habiendo sabido preservar sus antiguas esencias y haciéndose un hueco como destino turístico de primera magnitud.
Además, Ankara dispone de una inmejorable localización. Se encuentra ubicada casi en el centro de la península de Anatolia, por lo que es un punto perfecto para iniciar las rutas por otros centros de gran atracción turística. Desde Ankara parten rutas y excursiones hacia emplazamientos como la costa turca o la Capadoccia, uno de los mayores tesoros de Turquía.
El padre de los turcos
Pero hoy queremos detenernos en las joyas que guarda la ciudad. Cuando llega a Ankara no puede permitirse el lujo de no visitar Anitkabir, el espectacular mausoleo dedicado en honor a la figura del padre de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Ataturk, venerado por los turcos. Se trata de un monumento que es visible desde casi todos los puntos de la capital turca. Desde su privilegiada localización se puede disfrutar de una espectacular panorámica de toda la metrópoli. Hablamos de una atracción turística de primera magnitud que es visitada cada año por millones de turcos y otros tantos visitantes de destinos internacionales.
Otro de los lugares emblemáticos de la capital de Turquía son los baños romanos. Fechados en el siglo III después de Cristo, son una de las termas mejor conservadas de todo el planeta. Los visitantes se darán cuenta del alto grado de sofisticación y desarrollo que poseían los romanos en esa época histórica.
Otro punto imprescindible es el Museo de las Civilizaciones de Anatolia. Posee una gran colección de objetos traídos desde los principales yacimientos arqueológicos de todo el territorio turco y es una buena muestra que te permite tener una visión en 360 grados de todas y cada una de las civilizaciones que han estado asentadas en la actual Turquía desde hace siglos, como los asirios, los hititas, los romanos, los frigios, los griegos o los otomanos. Se recomienda llegar a primera hora de la mañana para evitar las largas colas que se suelen formar a la entrada.
Un lugar muy recomendable es Kizilay. Se trata del centro comercial y de negocios de Ankara. Entre sus calles, callejuelas y plazas se encuentran multitud de tiendas tradicionales combinadas con locales vanguardistas y que son el máximo exponente del diseño, el arte y la moda. Durante el día podremos disfrutar de un gran número de restaurantes de toda condición y centros comerciales con marcas internacionales. Al caer la noche, los bares y discotecas son las dueñas del lugar, hasta altas horas de la madrugada. Además, a apenas unos minutos caminando se llega a la Asamblea Nacional de Turquía, otro de los lugares de interés para tomar una fotografía.
La parte vieja
Pero lo que sin lugar a duda permanecerá en la retina de los turistas que buscan la Turquía más auténtica será el recorrido por las calles de la Parte Vieja de la ciudad. Estamos hablando de un auténtico laberinto de pequeñas callejuelas muy estrechas y con un trazado irregular donde parece que el tiempo se hubiese detenido hace varias centurias. Allí se localizan infinidad pequeños puestos callejeros y locales comerciales donde se puede encontrar, literalmente, de todo. Los precios seguro que son mucho menores que en los países europeos, aunque recuerda, están en Turquía, por lo que la palabra regateo cobra un protagonismo esencial. Si queremos conseguir por un artículo el mismo precio que obtendría un turco, conviene armarse de paciencia y desplegar nuestras mejores artes negociadoras. Ya avisamos que los comerciantes de esta zona son un hueso duro de roer. Pero forma parte del encanto de una ciudad que cautiva a todos los visitantes.
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