Es una gran desconocida. Alejada de los habituales y explotados circuitos turísticos, Bursa es un lugar por descubrir, una urbe industrializada pero rodeada por una naturaleza exuberante, en un marco perfecto. De hecho los ciudadanos turcos la denominan la Bursa Verde, por los recursos ecológicos que la enmarcan.
Bursa es la cuarta ciudad más grande del país, por detrás de Estambul y Ankara. Se encuentra situada a orillas del Mar Mármara, con playas cercanas de gran belleza y muy poco transitadas.
Esta urbe cargada de magia fue uno de los puntos más importantes del mundo para las antigua civilizaciones, ya que fue capital del imperio otomano desde finales del siglo XIII hasta principios del siglo XIV.
Como prueba de su importancia histórica está el hecho de que en esta ciudad se hallan enterrados los cuerpos de dos importantes y famosos sultanes, Orhan y Osman, considerados como dos de los fundadores del imperio otomano.
En Bursa el monumento más visitado por los turistas es el Mausoleo Verde, una obra faraónica donde se halla sepultado el sultán Mehmet I.
Aunque choca su apariencia, ya que los actuales azulejos son azules y el aspecto general es azulón, lo cierto es que en su construcción los azulejos originales eran de color verde, aunque un terrible terremoto que asoló la ciudad los resquebrajo y obligó a cambiarlos.
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