Las alfombras turcas

Uno de los principales motivos por los que cada año millones de personas preparan sus viajes a Turquía es para comprar artesanía confeccionada en suelo turco. Desde tiempos inmemoriales, tejer alfombras ha sido el máximo exponente de este arte, una tradición que ha pasado de madres a hijas, de generación en generación. Las alfombras turcas, de excelente calidad, constituyen hoy en día el principal objeto de deseo de los turistas extranjeros.

Existen dos variedades destacadas, en función de la técnica empleada para su confección. Por un lado está la hali, alfombras anudadas que se suelen ubican en el suelo y por el otro lado los kilims o alfombras de tapicería para adornar las paredes.

En Estambul y en prácticamente cualquier ciudad o centro turístico de Turquía se pueden encontrar un sinfín de modelos, con diseños, materiales, tamaños y precios muy diversos. Las hay que están hechas a mano, más apreciadas y valiosas, y las que están elaboradas con máquina, también bonitas y además muy económicas. Hay que tener en cuenta un dato, la mayoría de las alfombras que están a la venta son de nuevo cuño. Las que acumulan varios años de antigüedad son más difíciles de encontrar y pueden alcanzar precios desorbitados en el mercado.

Desde Eturquía, le recomendamos que si tiene pensado comprar una alfombra en su próximo viaje a Turquía tome una serie de precauciones para que no le den gato por liebre. Acuda a tiendas especializadas, no compre lo primero que vea, busque, compare, fíjese en las calidades. Pídale al vendedor que extienda la alfombra en el suelo para comprobar su estado y que no presenta ninguna irregularidad. Y por supuesto, regatee, todo un clásico en Turquía, ya que el precio original será aproximadamente un 40% superior al que deberíamos abonar.

Para los que estén buscando piezas únicas y originales les recomendamos que se pongan en manos de un guía experto que les acompañará y asesorará para que puedan hacerse con estas alfombras clásicas originales por un precio justo y no olvidar pedir factura y el sello de garantía para exportarla sin problemas en la aduana.