Uno de esos rincones es la ciudad de Trabzon. Está ubicada a la orilla del Mar Negro, al norte de la península de Anatolia. Se trata de una zona donde la majestuosa naturaleza de los denominados Alpes Pónticos, repletos de verdes bosques, se fusiona con la línea de costa. Es un paisaje que se asemeja más a la costa norte de España, a diferencia de la zona sur de Turquía plenamente mediterránea, como el Levante peninsular.
En esta región turca ya había asentamientos en el año 1000 AC. Trebisonda se fundó hace más de 2500 años, toda una vida por la que ha visto desfilar algunos de los más grandes imperios que han dominado esta región euroasiática.
Trabzon produce en el entorno del 20% del té de todo el país y es también una potencia pesquera, por lo que los productos más típicos ya se pueden hacer una idea de cuáles son, delicioso té y fresquísimo pescado que llega cada día al puerto de la ciudad.
Desde la óptica turística, a poca distancia se encuentra el majestuoso monasterio de Sumela y es el lugar donde se localiza la coqueta iglesia de Santa Sofía de Trebisonda. Situada al oeste del centro de la ciudad, es un bonito templo del siglo XIII con un campanario separado del edificio principal. Su interior está decorado con frescos y es su exterior se alzan unos preciosos jardines que rodean a la iglesia con vistas al Mar Negro y la ciudad y que son un lugar magnífico para sentarse y disfrutar. Otro de los símbolos de la ciudad es el el Ataturk Kosku, un edificio modernista de estilo art noveau construido por el banquero griego Constantine Kapagiannidis en 1903 y que es uno de los rincones más fotografiados de la ciudad.
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