Visitar la Capadocia es una de las experiencias más inolvidables para los sentidos de los más avezados viajeros. Se trata de una región única, que mezcla todo el esplendor de la naturaleza más brutal con una combinación de arte y patrimonio legado del paso de numerosos pueblos por la zona. Estas características convierten a la Capadocia en uno de los destinos predilectos de todos aquellos que lleven a cabo un viaje a Turquía.
La Capadocia está compuesta de caprichosas rocas de carácter cónico, serpenteantes sendas, curiosísimas ciudades ubicadas debajo de la tierra y templos con centenares de años en sus muros.
Esta zona de la geografía turca se encuentra emplazado a apenas una hora en avión de otros núcleos turísticos como Estambul o Izmir. La mayoría de los viajes organizados tienen la opción de llegar hasta allí, ya que a pesar de que el sitio está ubicado en un paraje recóndito, tiene muy buena infraestructura turística.
Los miles de visitantes que llegan cada año se quedan perplejos antes las formaciones rocosas denominadas kales, también denominadas en la cultura popular como las chimeneas de hadas. Estos caprichos de la naturaleza son lo más característico de la Capadocia. Pero no es ni mucho menos lo único que se puede visitar.
Entre ellos destacamos desde Eturquía, la compañía especializada en los mejores viajes a Turquía, que no os perdáis los Museos al Aire Libre de Goreme y de Zelve respectivamente. También cabe señalar las dos ciudades subterráneas de Kaumakli y la de Derinkuyu, auténticos prodigios de la técnica de épocas pasadas. Fruto de esa fusión cultural que ha vivido todo el país, es muy reseñable el Castillo romano de Uchisar, o las famosísimas Cuevas en las Iglesias, que en su momento gozaban de muchísima actividad espiritual y que en la actualidad son una de las principales atracciones turísticas de este rincón mágico de Turquía, la Capadocia.
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