En el punto exacto donde Europa y Asia se encuentran, el choque cultural entre ambos continentes, su mezcla oriental-occidental de influencias, sabores, culturas, religiones e historias, hace que cada año sean más las personas que se decanten por realizar sus viajes a Turquía.
Se trata, en efecto, de una tierra de riqueza para los sentidos, prueba de ella son sus bazares y mezquitas, su gastronomía y su arte; un lugar de exotismo y romanticismo, desde sus palacios otomanos hasta la Capadocia de cuento de hadas. Sus parajes naturales son igualmente diversos. En el interior hay paisajes de otro mundo y maravillas antiguas por explorar, que en su día fueron el patio de recreo de Cleopatra y Marco Antonio, César y Alejandro Magno, y sin embargo son poco visitados en comparación con lugares similares de España, Italia y Grecia. Vamos a recorrer algunos de los lugares más bellos de Turquía, lejos de las principales rutas turísticas.
El Valle de las Mariposas en Fethiye
Una de las mayores recompensas para los caminantes de la Vía Licia es la espectacular vista que se obtiene al pasar por encima del Valle de las Mariposas. Se trata de un pedazo de cala escarpada, con gigantescos acantilados que se alzan escarpados y matorrales a ambos lados de la estrecha bahía azul, desvaneciéndose sobre las aguas de color turquesas de la orilla. Al pie de la playa de arena y guijarros, a la que solo se puede acceder en una embarcación, nos encontramos un camping con un chiringuito que sirve cervezas y pescado a la parrilla, y se imparten clases de yoga bajo los árboles. Un lugar único donde desconectar del mundo cotidiano y volver a conectar con la naturaleza.
La localidad de Kaş
Esta pequeña localidad se encuentra lo suficientemente alejada de los grandes núcleos turísticos como para mantenerse fuera de las aglomeraciones. El precioso y antiquísimo pueblo pesquero de Kaş sigue siendo un refugio para viajeros hippies y turcos modernos. Sus calles adoquinadas de entramado irregular están flanqueadas por casas tradicionales encaladas, balcones de madera con ondulantes buganvillas y montañas como telón de fondo. Se asienta junto al mar de aguas color turquesa, con rústicas terrazas de baño y tumbonas construidas sobre el agua, apiladas con cojines y telas brillantes. La playa de Kaputaş es un lugar que no te puedes perder, rodeada de espectaculares acantilados. Muy cerca de emplaza, en la isla de Kekova, con toda una ciudad submarina que se puede explorar haciendo snorkel.
Gümüşlük, Bodrum
Hasta bien entrado el siglo XX, los pueblos pesqueros que jalonan la península de Bodrum, en el sur de Turquía, sólo eran accesibles por el agua vía barco, lo que les ha conferido un halo de misterio y aromas del pasado. Todavía hoy la mejor forma de desplazarse en este lugar es mediante una embarcación. De todos estos hermosos pueblos de pescadores, el que posee más encanto es Gümüşlük. Allí encontraremos los famosos restaurantes destartalados, ubicados en cabañas de madera, donde comer pescado recién capturado y asado con los pies en el agua.
El barrio de Balat en Estambul
En la ciudad más grande del país, Estambul, se localiza el barrio artístico de Balat, la antigua judería de la urbe. Posee zonas llenas de color entre sus calles residenciales más tranquilas: escaleras pintadas de vivos colores, arte callejero, calles a la sombra de sombrillas y casas adosadas de madera en tonos pastel y arco iris. Recomendamos realizar un recorrido por las empinadas callejuelas de adoquines, descubriendo coquetos rincones, preciosos cafés, tiendas de antigüedades, bares con música en directo y vanguardistas galerías de arte en el barrio más cool de Estambul.
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