Esmirna se ha convertido en uno de los destinos turísticos más importantes de todo el Mar Mediterráneo por méritos propios. Cada temporada son más los turistas que eligen en sus viajes a Grecia recalar en este maravilloso destino, no obstante, es conocida como la Perla del Egeo.
Esmirna cuenta con ruinas milenarias, ya que se trata de una zona que ha tenido muchísima importancia histórica. De hecho fue capital durante la próspera ruta de la seda entre Asia y Europa. En ese momento llegó a ocupar la cuarta posición entre las ciudades más importantes del Imperio Romano de Oriente, tras la caída de Roma y la instalación de la nueva capital en Bizancio. En efecto, su importancia histórica se ha transmitido hasta nuestros días, hoy Esmirna, con sus cuatro millones de almas, es un lugar vivo, colorido y por momentos caótico que hace que recorrer sus calles sea una experiencia en sí misma.
La urbe, la tercera en población de país tras Estambul y Ankara, está localizada en la zona oeste de Turquía. Esta circunstancia motiva que el tráfico rodado de sus calles, llenas de coches, bicis, motos, carros y animales pueda considerarse un verdadero caos. Es por ello que es poco recomendable para el turista foráneo, más acostumbrado al ordena de los países occidentales, que prescinda del vehículo privado y opte o bien por caminar o por el transporte público, que es de gran nivel.
Hay que tener en cuenta que en la temporada veraniega las temperaturas pueden ser ciertamente elevadas, por lo que es recomendable llevar calzado cómodo, cubrirse la cabeza del sol, usar crema solar e hidratarse constantemente. Como siempre, echa mano de un calzado cómodo y, si vas en temporada de verano, hidrátate y protege tu piel y tu cabeza del sol. El calor es abrasador.
Al visitante le llame mucho la atención, y lo podrá comprobar en el taxi del aeropuerto al centro de la ciudad, del amor que sienten los turcos por su patria, por su bandera y por el padre fundador, Attaturk. Es algo que ocurre en todas las partes del país. En el caso de Esmirna, es una de las colinas del trayecto entre el aeródromo y la ciudad, se puede divisar una inmensa escultura de Attaturk con una de sus célebres frases “la paz en casa, la paz en el mundo”.
Una vez en la ciudad las opciones de ocio se multiplican y los lugares que se deben visitar se cuentan por decenas, aunque esta es la selección de Eturquía:
Asansör, es uno de los lugares más míticos de la localidad de Esmirna. Es muy fácil llegar hasta allí, que es la zona donde vivía este famoso cantautor turco. Justo en la entrada se encuentra un busto suyo y, en la calle aledaña varios locales donde degustar el famosos té turco junto a algunos dulces, muy típicos de estas latitudes. Al final de esa vía se ubica Asansör que significa ascensor. En efecto se trata de un elevador antiquísimo, data del año 1907 y se construyó para conectar el barrio judío de la ciudad con el de Konak. Desde lo alto el visitante podrá contemplar alguna de las mejores vistas de toda la ciudad y, lo mejor de todo, es un servicio público gratuito. A veces se forman largas colas de turistas, por lo que conviene tener paciencia, pero las vistas del skyline de minaretes de Esmirna, bien merece la pena.
Justo al lado de este archiconocido ascensor de localiza la sinagoga de Bet Israel. Se trata de un templo que da una idea de la herencia judía que también posee Esmirna. En la actualidad se conservan cuatro, aunque en el pasado llegó a haber hasta nueve templos erigidos al judaísmo. Esta en concreto es muy característica por su deliciosa decoración en madera de caoba y por el prestigioso museo de su parte superior.
Otro de los puntos imprescindibles de Esmirna es la plaza Konak, el verdadero epicentro de la ciudad y lugar de trasiego y reunión desde su creación.
Konak significa, literalmente, mansión y ello se debe al gran tamaño de este espacio abierto en medio de la ciudad. Aquí se localiza otro de los monumentos más fotografiados, la torre del reloj, de 25 metros de altura y uno de los máximos exponente del arte otomano que se conservan en Esmirna. Justo enfrente se encuentra la famosa mezquita de Yali una de las más importantes del lugar a pesar de sus reducidas dimensiones. Posee forma octogonal y decorada con azulejos de color azul y verde.
Después de visitar estos puntos de interés es conveniente para a descansar y reponer fuerzas. En este sentido la gastronomía de Turquía se puede decir que es una de las más variadas y deliciosas del mundo. Es conveniente no detenerse en los restaurantes para turistas que abarrotan el entorno de la plaza principal, caminar unos pasos más y optar por algún local más tradicional y barato. Esta es una zona rica en pescado, aunque también hay clásicos como el bocadillo turco o doner, el pincho de carne o kebab o el lamacun, la pizza turca. Todo ello marida de maravilla con la bebida tradicional del país, el Ayran, una especie de yogur mezclado con agua.
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