La ciudad de Estambul ha sido durante largos siglos la capital de un imperio enorme y lleno de riquezas. Sus dominios se extendían a través de la península de Anatolia, y avanzaba por el norte de África, Arabia y buena parte del continente europeo. Toda esa variada riqueza cultural se ha conservado hasta nuestros días gracias a la buena labor de instituciones públicas y organismos privados que han visto en los museos la mejor manera de conservar el enorme legado artístico, al tiempo que ofrecen tanto al visitante foráneo como a los propios habitantes de la ciudad la posibilidad de contemplar el ingente patrimonio artístico que se conserva en las decenas de museos repartidos por la ciudad.
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Museo Arqueológico: data de 1896 con el objetivo de convertirse en un santuario del arte turco. Dispone de algunas de las más importantes colecciones de obras de arte de un extenso período, que comprende desde la época prehistórica hasta la otomana. Destacan también las centenares de piezas de la época clásica, como el Sarcófago de Alejandro, un monumento funerario del siglo 6 antes de cristo.
Museo de los Mosaicos: ubicado en pleno barrio de Sultanahmet, en un antiguo palacio rehabilitado. En él se conservan decenas de metros cuadrados de suelo de mosaicos, que representan animales, tanto domésticos como salvajes, escenas de caza y batallas que harán las delicias de los visitantes.
Museo de Artes Turcas e Islámicas: muy cerca del anterior y en otro antiguo palacio, este museo es el mejor lugar para presenciar obras de arte netamente de origen turco. En sus salas se exponen hasta 40.000 objetos que recorren toda la historia del país, desde el principio de la religión islámica hasta la época moderna.
Museo de las Alfombras: alfombras y Turquía son dos palabras que están asociadas, íntimamente ligadas. Si en las tiendas y bazares se pueden adquirir estos objetos decorativos de gran calidad y a muy buen precio, en este museo se puede disfrutar con algunos de las mejores exponentes, centenares de tapices que provienen de todas las épocas y rincones de Anatolia.
Museo de la Caligrafía: la forma de escribir los textos por parte de los turcos siempre ha sido un foco de atención y un auténtico arte al alcance de muy pocos. En este recinto se conservan algunos de los mejores ejemplos de la caligrafía otomana de Estambul. Muchos fueron escritos por los sultanes, como el panel de Ahmet III, del siglo XVIII que se ha conservado a la perfección entre sus vitrinas.
Museo Militar: la historia turca es también una historia de guerras y batallas, luchas, conquistas y reconquistas. En este museo se puede hacer un recorrido por la dilatada historia bélica de la región.