Casi siempre a la sombre de la gran ciudad turca, Estambul, Ankara presume de capitalidad y de poseer múltiples encantos. No obstante cada vez son más las personas que deciden apostar por esta bella urbe, ubicada en la mitad de la península de Anatolia, para pasar algunos días en su circuito de viaje por Turquía.
La capital turca atrae a los visitantes por sus monumentos incomparables, mezclado con una amplia oferta de ocio moderno y unas infraestructuras de transporte de primer orden. Esta ciudad fue mencionada ya en una crónica que está fechada en el siglo VII. Ankara, que proviene de la palabra Ansira, siempre ha sido un tradicional núcleo comercial a lo largo de la historia. Ahora quiere serlo también dese la óptica turística.
Para ello tiene mucho que ofrecer, ya que ha sabido conservar muchos monumentos históricos que pertenecen a distintas épocas históricas. Un buen ejemplo es el famoso templo de Augusto, que recuerda la época del Imperio Romano. Justo a su lado se localiza la mezquita de Haji Bayram, síntoma de la influencia musulmana en la zona. Su poderío militar viene reflejado en la Ciudadela y la Fortaleza que se sitúan en una de las colinas que bordean la ciudad. Hablamos de un complejo fechado en el siglo VI y que desde lo alto se contemplan algunas de las mejores vistas de la ciudad.
Más moderna pero igualmente atractiva es la Torre de Observación Atakule. Con una altura es de 125 metros, las vistas son espectaculares y la oferta de ocio que se ha instalado en su entorno, incomparable: hoteles, parque acuáticos, restaurantes, piscinas, instalaciones deportivas y hasta campos de golf, convierten esta zona de la ciudad en una de las más destacadas tanto para los turistas como para los propios habitantes de la capital de Turquía.