Un punto neurálgico. Una zona comercial, turística y de ocio que sirve como termómetro de la gran urbe. Un lugar cargado de magia que no pueden dejar de visitar.
Así es la Plaza Taksim en Estambul, el verdadero corazón de la capital turca, que los habitantes de la megalópolis conocen como Taksim Meydani.
Un disfrute para todos los sentidos. La vista, el olfato y el gusto descubrirán todo un mundo de sensaciones si en su próxima escapada se decanta por Turquía como lugar de destino.
Concretamente Estambul, la que fuera capital del imperio otomano, ofrece experiencias absolutamente hipnotizadoras, en todos los terrenos.
Ha dejado de ser un sueño para convertirse en una realidad tangible. Una posibilidad al alcance de todos. Una opción económica y realmente interesante para disfrutar a lo grande de las vacaciones.
Me estoy refiriendo a los cruceros, una forma de conocer mundo diferentes y muy ajustada de precio, ya que a bordo del barco no tendrán que pagar hotel ni vuelos entre los diferentes puertos.
Sentirse como un pájaro, con la sensación de dominarlo todo. Vivir una experiencia impactante, más cerca del cielo que de la tierra.
Hoy les proponemos una visita a un monumento de Estambul que les va a cortar la respiración. Una actividad con la que se van a sentir verdaderos aventureros, atrevidos, casi verdaderos paracaidistas del turismo.
En la región de Anatolia central está situada una ciudad cargada de magia, que además es la capital administrativa de Turquía: Ankara (en castellano Angora).
Aunque la mayoría de los turistas se decantan por Estambul como primer destino, como primera incursión para descubrir la cultura del país turco, lo cierto es que esta ciudad merece una visita con tiempo por la cantidad de monumentos y rincones hermosos que guarda.
Muy cerca de la antigua y mítica ciudad de Éfeso, en la costa egea de Turquía, a unos 90 kilómetros al sur de Esmirna se encuentra una de las ciudades turcas perfectas para el relax, el descanso y el ocio. Un lugar paradisíaco donde el tiempo se detiene, donde el estrés y las prisas no existen, donde la mente entra en un estado casi catatónico.
Este lugar perfecto para olvidarse de los problemas y desconectar se llama Kusadasi, una ciudad que toma su nombre de la mitología, ya que significa la isla de los pájaros debido a que la península tenía forma de cabeza de pájaro.
Su atractivo reside en su magnífica climatología, con calurosos veranos y templados inviernos, por lo que se puede disfrutar en ella de unas magníficas vacaciones durante prácticamente todo el año. Además, su costa está bañada por el sol más de 300 días al año, ya que apenas llueve en la zona.
Si quieren darse un capricho, pueden recurrir a la agencia de viajes experta en escapadas a Turquía.
Otro de sus encantos son sus magníficas playas, con fama mundial. Entre sus arenales más destacados se halla The City Beach (en pleno centro de la urbe), Pigeon Island, Yilanciburnu, Kustur, Tusan y la Playa de las Mujeres (Ladies Beach), de excepcional belleza.
El Bulevar junto a la playa centro, plagado de palmeras, es un lugar mágico, que llega a la ebullición del turismo en los meses estivales.
El sky-line de esta ciudad de sultanes no se entendería sin su presencia, sin su figura mayestática y colosal. Construida por el Sultán Ahmed I entre 1609 y 1616, cuenta con seis minaretes que marcan el perfil de la ciudad.
Nos estamos refiriendo a la mezquita más importante de Estambul en pleno uso, la Mezquita Azul. Sus medidas son la mitad de la de Santa Sofía, aunque no dejan de ser espectaculares para los visitantes. La cúpula central tiene 23 metros de diámetro y 43 metros de altura.
La Unesco ha sabido distinguir la magnificencia del antiguo imperio otomano, de un país que conserva para el mundo veraderos tesoros tanto en forma de construcciones o edificios como belleza naturales. Por ese motivo Turquía dispone de 10 lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Si lugar a dudas uno de los rincones que provoca mayor admiración es el Viejo Estambul, ya que todo su casco histórico conocido como Sultanahmet, o lugar de los sultanes, haya sido designado Patrimonio Mundial de la Humanidad.
A una hora de Estambul o Izmir en avión descubrirán un paisaje casi lunar, una zona que les llamará profundamente la atención.
Nos referimos a Capadocia, una región de Turquía que se halla justo en el centro del país, en la zona de la meseta.