Cada año son más los turistas que apuestan en sus viajes a Turquía por recorrer los lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En la actualidad, Turquía posee 18 monumentos que gozan de esta especial protección concedida por este organismo dependiente de las Naciones Unidas. Pero, fruto del alto potencial y de los numerosos tesoros que jalonan la geografía turca, en la actualidad hay un total de 62 lugares que son candidatos a obtener el reconocimiento de la UNESCO, entre los que destacan Éfeso, la capital de la antigua provincia romana de Siria, los lugares de Perge o Sagalassos, exponente máximos de la civilización Licia o Zeugma, con sus preciosos y antiquísimo mosaicos. Como decíamos, Turquía opta a ser uno de los países con más lugares declarados Patrimonio de la Humanidad, pero de los que ya han obtenido este prestigioso reconocimiento, destacamos los siguientes.
La Gran Mezquita y el Hospital de Divrigi
Declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en el año 1985, desde entonces las visitas a este conjunto monumental se han ido incrementando exponencialmente. Ubicado en la provincia de Sivas, un territorio que pertenece a los turcos desde su conquista a principios del siglo XI. Se trata de una de las obras maestras de la arquitectura islámica, una mezquita con dos grandes cúpulas y una única sala de oración. Su principal característica es el contraste entre su exterior, donde predomina una decoración muy rica y cuidada en sus tres puertas de acceso, en confrontación con su interior, donde la palabra austeridad es el factor predominante.
Hatusa
La UNESCO ha otorgado protección a un área de 268 hectáreas en torno a la antigua capital de los hititas, un imperio que gozó de su máximo apogeo en la península de Anatolia alrededor del siglo XVIII antes de Cristo. La antigua capital de este imperio hitita, Hatusa, conserva restos arqueológicos muy bien conservados, destacando por encima del resto el trazado urbanístico de la ciudad y las construcciones civiles, como los templos o las mansiones reales, así como las de carácter militar, como la Puerta de los Leones, la Puerta Real o el conjunto de fortificaciones que defendían la capital de los posibles invasores.
La ciudad de Safranbolu
Estamos hablando de un bien cultural declarado en el año 1994, localizado en la provincia turca de Karabuk. Durante varios siglos este destino fue una etapa importantísima de las rutas comerciales por vía terrestre que conectaban Oriente y Occidente. Con la llegada del ferrocarril, en los primeros compases del siglo XX, este núcleo fue perdiendo importancia comercial, pero ha sabido conservar un aroma a medio camino entre la nostalgia y las ganas de modernidad. Los máximos exponentes de Safranbolu son la gran mezquita, los baños públicos o la madraza de Solimán Pacha, que data del año 1332.
Troya
El nombre de Troya evoca, ineludiblemente, la historia de su famoso caballo y las luchas entre griegos y turcos por el control de esta área a medio camino entre Europa y Asia. El lugar arqueológico de Troya, con más de cuatro milenios de historia a sus espaldas, es uno de los más famosos del planeta y atrae a miles de visitantes cada año. A pesar de que la historia de Troya, con el célebre asedio de los espartanos a la ciudad (siglo XII antes de Cristo), fue recogida magistralmente por el gran Homero en su obra capital La Ilíada, no fue hasta el año 1.870 cuando el reconocido experto en arqueología Heinrich Schliemann lo descubrió al mundo y comenzó sus excavaciones. Desde entonces es uno de los lugares más visitados de Turquía.
Bursa y Cumalikzik
Aquí es donde los historiadores sitúan el origen del poderoso Imperio Otomano. Se trata de un conjunto monumental donde todo comenzó, con el nacimiento de este magnífico entramado urbano donde surgió, en los albores del siglo XIV, la organización civil y militar en la que se convirtió en la capital de este vasto Imperio. Esta propiedad es una serie de ocho componentes en la ciudad de Bursa y la cercana villa de Cumalıkızık. El sitio ilustra la creación de un sistema de establecimiento urbano y rural del Imperio. En la actualidad pueden contemplarse mezquitas, escuelas religiosas, baños públicos y hasta una cocina para los pobres, una muestra del alto grado de desarrollo de los otomanos, además de la tumba de Orhan Ghazi, el padre fundador de esta poderosísima dinastía.
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