Bodrum, la antigua Halicarnaso, en plena costa del Mar Egeo, es uno de los destinos más espectaculares del país. Cuando uno programa un circuito por Turquía debe tener en cuenta incluir este destino que prevalece por sus playas y calas y por la belleza de sus playas de aguas turquesas. Como el propio Homero describió, Bodrum es “un paraíso de eternos azules” y cuando uno divisa los tonos azulados de sus aguas, comprende perfectamente el porqué de este sobrenombre.
Situada en una península a caballo entre el Egeo y el Mediterráneo, Bodrum es un destino vacacional de primer orden para todo aquel que busque unas cuidadas playas en un divino entorno natural. También es un destino de primer nivel para los amantes de los deportes acuáticos
Bodrum es una excelente base de operaciones para realizar excursiones, destacando las la playa de Dalyan, famosa por sus tortugas, descubrir las ruinas arqueológicas de Milas o Mileto e incluso dar el salto a alguna cercana isla griega.
En la ciudad de Bodrum la infraestructura turística es excelente: hoteles, tiendas, bares, restaurantes, pubs y modernas discotecas se integran en su zona portuaria donde cada día atracan yates de lujo. Para los que quieran cultura, no se pueden perder el Castillo de San Pedro, del siglo XV.
Para comer es muy recomendable el restaurante Kortan, especialista en gastronomía típicamente turca.
Decíamos que Bodrum es un buen punto de partida para llevar a cabo otras excursiones por la región. Mención especial merecen las localidades de Turgutreis, Gümüslük, Yalikavak, Gümbet. Lo mejor es alquilar un coche y disfrutar de una conducción por carreteras serpenteantes pero seguras y sentirse libre recorriendo estos rincones.
Otro buen plan es alquilar una pequeña embarcación tripulada y descubrir algunas de las playas y calas vírgenes ubicadas a escasos kilómetros del centro de Bodrum.
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