Estambul, la mayor ciudad de Turquía es una megalópolis de más de 11 millones de habitantes, con numerosos barrios y distritos. Una de las particularidades de Estambul es que es una de las pocas ciudades del planeta que se encuentra enclavada entre dos continentes, de un lado Europa, del otro Asia. Ese hecho convierte a la antigua Constantinopla en un lugar muy especial.
Fuera de las principales atracciones turísticas, la mayor parte de ellas en la denominada como zona europea, hoy vamos a detenernos en las maravillas del lado asiático, un rincón de la ciudad que no puede quedar fuera a la hora de planificar tu viaje a Estambul.
El lado asiático tiene en el barrio de Üsküdar su principal reclamo y su mayor referente. Se trata de una zona ribereña que da al Bósforo y es, en comparación con el ajetrado centro urbando de Estambul, infinitamente más tranquilo y relajado. Es en esta zona de la ciudad donde se pueden presenciar magníficas vistas del skyline de Estambul, con unas puestas de sol que son una delicia.
Precisamente, cuando comienza a caer el sol, es cuando es más recomendable dar un agradable paseo por este apacible y coqueto barrio islámico. Es algo que nos dará una percepción diferente de una ciudad tan cosmopolita como lo es la antigua capital de Bizancio, sin perder un ápice de su esencia cultural y tradicional, desvirtuada en otras zonas más turísticas.
Para conocer Üsküdar conviene arrancar en la Plaza del Muelle, donde llegan los transbordadores que parten de Eminonu y Kabatas, ambos en la zona europea de la urbe. Aquí también se levanta la magnífica Torre de Leandro, del siglo XII. También merece la pena la mezquita Miramah, emplazada muy cerca del embarcadero.
En definitiva una visita a Estambul nunca será completa si no cruzas de continente, al fin y al cabo, es la ciudad de tood el globo donde es más fácil hacerlo.
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